Son varios los puntos que se deben considerar para una buena conservación.
Oscuridad:Los rayos solares ultravioleta, las luces halógenas y las fluorescentes
son enemigas del vino. Lo ideal es una luz de 25 watts.
Ventilación: Una buena circulación de aire evita aromas a encierros y el desarrollo
de hongos.
Temperatura: Con respecto a la temperatura de guarda, lo ideal es conservar el vino en un ambiente cuya temperatura
oscile entre los 10° y 12° c, pudiendo llegar hasta los 20°c como límite. Es
muy importante evitar los cambios bruscos de temperatura.
Estabilidad: Se debe evitar que el vino se mueva dentro de las botellas.
En lo posible evitar, ambientes expuestos a vibraciones.
Humedad: Es ideal que el lugar donde se conserven las botellas tenga
una humedad ambiente del 75%.
Guarda: Debemos evitar guardar el vino junto a otros productos
nocivos desde el punto de vista aromático como son químicos, vinagres, quesos,
legumbres, etc.
Hay lugares que no son apropiados para guardar los vinos
como la cocina por el calor de los hornos, las bauleras de edificios por falta
de ventilación y cocheras debido a la emanación de gases tóxicos de los
automóviles
Las botellas deben de guardarse en posición horizontal para
que el vino quede en contacto con el corcho evitando que este se seque. Esto último
no será necesario para vinos con tapones sintéticos o tapas de rosca.
Qué vinos se pueden guardar?
Vinos blancos:
Por la escasa cantidad de taninos y alta predisposición a la
oxidación que poseen, no son vinos que sean diseñados en el tiempo. Se
recomienda su consumo fresco del año o al sumo dos o tres años desde la
cosecha; de esa manera se pueden apreciar sus características refrescantes y
alegres que le brinda su notable acidez.
Si han tenido una crianza oxidativa o fermentación en
barrica de roble, el límite en cuanto al tiempo de conservación se
puede extender sutilmente. Después de este la acidez comienza desaparecer
gradualmente. Es conveniente beberlos jóvenes para mantener su frescura y
elegancia.
Vinos tintos:
En este caso su mayor concentración de polifenoles, taninos
y su eventual paso por madera pueden darles un mayor tiempo potencial de
guarda. Los vinos de guarda son pensados y diseñados desde el viñedo; ya que
factores como el rendimiento de kilogramos por parcela o hectárea debe de ser
reducido para lograr la concentración para lo que lo hará perdurar en el
tiempo.
El poder de guarda de
un vino dependerá exclusivamente de ese
vino y no se puede generalizar para todos. Otros factores que permitirá a un
vino afrontar varios años dentro de una botella es su nivel de acidez y
contenido alcohólico a mayor acidez y alcohol hay más probabilidades de que se
mantenga en condiciones.
Hay que tener en cuenta que cada cepa ofrece naturalmente
una estructura orientada o no a la guarda, que por su paso por la madera estará
mayormente dispuesto a permanecer un periodo prolongado en botella. Variedades
como cabernet suvignon, tannat, syrah, malbec, entre otras, son cepas que
pueden ser diseñadas para ser guardadas debida a su concentración tánica.
En la actualidad los vinos se elaboran orientados a consumir
y no a guardar en su generalidad. En muchos casos las mismas bodegas realizan
su estiba previa en su recinto y son luego enviadas al mercado para que el
consumidor disfrute y no tenga la necesidad de esperarlos en botella.
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